El pueblo fue fundado en el año 1946, cuando el entonces presidente Rafael Leónidas Trujillo ordenó que los habitantes pobres de Santo Domingo fueran reubicados como campesinos y pescadores. Las Terrenas era entonces un pequeño pueblo de pescadores aislado del resto del país: la pista que lo unía al municipio de Sánchez (asfaltada solamente desde 1989), era impracticable, y llegar a esta comunidad era una aventura. Tampoco había electricidad, la cual llegó en el 1994 al pueblo.

Samaná fue un famoso puerto de tráfico de esclavos para los ingleses en el siglo XVII temprano. Hoy, las personas de estas provincias son una combinación de Taino, español, antillano y esclavos de africano.

Hace cientos de años, los Indios Taínos ya habían elegido la región de Las Terrenas para vivir.

En un pasado más cercano, en los años 70 y 80, Franceses por su mayoría montañeros de origen, cansados de las eternas nieves, dejaron sus bultos en este pequeño rincón de paraíso terrestre y construyeron ahí sus casitas.

Las Terrenas era entonces un pequeño pueblo de pescadores aislado del resto del país: la pista que lo unía a Sánchez (asfaltada solamente desde 1989), era impracticable, y llegar a esta comunidad era una aventura. Tampoco había electricidad, la cual llegó en el 1994 al pueblo.

Pero valía la pena, la belleza paradisíaca del lugar motivó a más de uno a hacer el esfuerzo, y poco a poco, europeos de otras nacionalidades vinieron a probar un poco de paraíso.

Al pasar de los años el pueblecito calmado se desarrolló, y antiguas cabañas de pescadores han sido lentamente transformadas en bares, restaurantes y tiendas.

La belleza del lugar, la convivencia casi perfecta entre las distintas nacionalidades (franceses, italianos, alemanes, suizos, canadienses, americanos, españoles, latinos y dominicanos), contribuyeron a convertir Las Terrenas en la sede de eventos nacionales.